No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas. (Séneca)

jueves, 14 de enero de 2010



... un escribidor (16)




¡ Ay, Haití !

Qué decir ante sucesos como el que han tenido que vivir los míseros, casi todos, habitantes del pueblo de Haití, especialmente los de la capital Puerto Príncipe.

No tengo palabras para ello que no sean, condolencia, sentimiento, pena, tristeza...

Es necesario que todos ayudemos en función de nuestra posibilidad y ojalá este despliegue de ayudas internacionales llegue, pero que llegue de verdad, y pronto hasta el último haitiano que precise una asistencia elemental. Esto es bueno; lo que deja mal sabor, a mí por lo menos, es el hecho de que los movimientos solidarios de las naciones con sus instituciones sólo se produzcan en situaciones como ésta. Si esta misma solidaridad, que de la noche a la mañana se suscita, se realizara con más asiduidad, quizá los daños y, sobre todo, las víctimas serían muchas menos, no sólo en Haití, en todo el mundo empobrecido.

Tengo entendido que Haití es el segundo país de América en alcanzar la independencia justo por detrás de Estados Unidos. Qué pena que en riqueza no sea también el siguiente a dicha potencia. Qué utopía!

Por qué, casi siempre, les toca a los mismos, a los que menos tienen? Por qué hemos de tolerar que al que no tiene nada nada se le dé?

Hoy al levantarme he pensado en cómo los del mundo desarrollado estamos gordos...muy gordos y así caemos a los del mundo pobre.

2 comentarios:

anagun dijo...

Siempre pagan los mismmos ¡
Uno se pregunta por qué ¡
Y a veces no gusta nada la respuesta...
Un abrazo

pepa mas gisbert dijo...

Hoy solo se puede llorar, pero mañana como dices, colaborar en lo que se pueda.

Un abrazo