No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas. (Séneca)

miércoles, 10 de junio de 2009

Cosas mías... (4)








Muerte digna... y vida digna?


Estos dos últimos días he oído y leído con profusión la noticia de que Andalucía aprueba, por ley, el derecho a tener una muerte digna... y me parece muy bien! Lo que ya me tiene más preocupado es si en Andalucía y en el resto de España, con este país ya tenemos suficiente ejemplo, se cuidan los derechos no sólo a la vida, tengo mis dudas, sino el derecho a una vida digna. También, para una vida así, recuerdo que hay una ley "florero" que es la Ley de Dependencia que aún brilla, con esplendor diría yo, por su ausencia en la vida diaria de muchas personas.


El buscador Google ofrece 880.000 sitios sobre "derecho a una muerte digna" por 493.000 sobre "derecho a una vida digna", casi el doble. Será que importa, doblemente, morir bien que vivir bien? Qué quieren que les diga, a mí no, porque entiendo que, salvo excepciones, morir bien es la consecuencia de haber vivido bien.


Cuando en mayo del 68, yo tenía 18 años, qué edad tan guay -en lenguaje actual-, tenía trabajo y ganaba 30 euros al mes, todo un capital para mí, acudía a la "uni" después del curro y salía a las 10 de la noche y luego, muchas veces, charlaba unos minutos, pocos desde luego, con mi novia en el portal de su casa. Y todavía los fines de semana, además de estudiar temas, íbamos con el resto del grupo a alguna romería o excursión e incluso muchos domingos, al mediodía, ayudábamos a dar de comer a los ancianos en el asilo -entonces se llamaba así lo que hoy se dice residencia-.


No digo yo que fuera todo perfecto, ni mucho menos, pero hecho en falta cierta solidaridad entre la juventud de hoy, o poca unión, a mi modo de ver. Quizá esté equivocado y que la justificación de ello sea, simplemente, que se vive hoy mejor que entonces, aunque, claro, cuáles eran los parámetros que se utilizaban en mi época y cuáles los utilizados en la actualidad para medir la calidad de vida. Al final, tal vez la diferencia no sea tanta o, aún más, muy relativa. De todos modos, ellos, los jóvenes, para cambiar a mejor si así lo consideran, tienen la palabra, pero quizá les falten los hechos.








2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre, en una sociedad que día a día se vanagloria de derechos a costa de enterrar deberes, donde el individuo ya debe nacer ególatra y LOGSEicamente inmune a la palabra responsabilidad, parece claro que la solidaridad es imposible si no es con la imagen que se refleja cada mañana en el espejo.

Ha sido un verdadero placer el descubrimietno del revoltijo (y de la canción de Leonard Cohen).Un saludo.

jotabede1 dijo...

Agradezco tu reflexión Flx. Ojalá que la crisis actual suponga un cambio sustancial en la sociedad, a mejor, claro. Un saludo cordial.