MUJERES QUE ADMIRO... (2)

Corroborando lo escrito hace casi dos meses, admiro y respeto a toda mujer, en general, por el simple hecho de serlo y, quizá, por formación, no tan igualitaria como ahora se pretende, y en la que me enseñaron que el hombre debe tener ciertas deferencias hacia ella.

Me pueden tachar de anticuado, pero no me importa; sí me indigna y preocupa, por otra parte, ver tan iguales en sandez y malos modos a tantos jóvenes de hoy en día, en ésto, creo, pierden más ellas y a la larga todo el mundo.

Esta vez quiero dejar constancia, en este rincón, de dos mujeres que por diferentes motivos causan, en mí al menos, admiración. Además entiendo que debieran ser ejemplos, difíciles de imitar es cierto, para todos, pero en especial para sus congéneres.

Admirable mujer

Ayer, junto a la urbanización en que resido me encontré, por casualidad, con la madre de Consuelo, vecina y amiga de mi familia desde hace unos 25 años. La mujer sólo tiene 90 años y vive sola.

Aún yergue su figura y camina despacio. Viste con sencillez y utiliza ropas de colores tenues acordes con su edad. Éso sí, tiene un punto de coquetería: gusta de pintarse un poco el rostro empleando trazos suaves y estilizados en las cejas, labios imperceptiblemente retocados y colorete breve y escaso en las mejillas. ¡Me hubiera gustado verla en su juventud!

Posee todavía una cabeza con memoria prodigiosa, de superordenador, en una palabra. La conversación que manteníamos transcurría sin mayor trascendencia, ya que los temas tratados eran todos banales, hasta que, en un momento dado, a raíz de decirle que su vida llenaría un libro, contestó, con modestia, que ella, en su vida, no había hecho nada especial o relevante para salir en ningún escrito. Y con naturalidad, pero con firmeza, me ha pedido que omita su nombre.

Vida sencilla,

sin importancia,

sin pretensiones vanas.

Ha traído cinco seres al mundo

y quedado luego viuda

con sus 36 jóvenes años.

Y habiendo tenido que enterrar

-llorando su corazón, por dentro-

a uno de sus hijos no ha mucho,

¿es demasiado pensar

que sus noventa años

con vivencias innumerables

dan para llenar, por lo menos,

un hermoso libro?

* * * * * * * * *

Wafa Sultan

Hace pocos días tuve la ocasión de escuchar, por segunda vez desde el ya histórico 11 de Septiembre, a esta mujer de origen árabe que, a mi modo de entender, demuestra tener en su madurez -nació en Siria, en 1958- unas sólidas ideas y una rotundidad al exponerlas, que, por más que lo intento, no consigo recordar persona alguna actual que se haya manifestado de igual modo.

Una mujer valiente, ¡sí señor! Como suele decirse, los tiene bien puestos. Por supuesto está amenazada. Por lo que he leído sobre ella, reside en California, es psiquiatra, analista política y crítica del Islam.

Es famoso el debate que mantuvo el 21.02.06 con Faisal Al-Qassem y con Ibrahim Al-Khouli sobre la teoría del choque de civilizaciones de Samuel P. Huntington. El vídeo de dicho debate, con subtítulos, dura unos seis minutos, pero merece la pena visionarlo por aquellos que no hayan tenido la oportunidad de verlo.

Está muy claro, en todas, todas las religiones, cuanto más fanatismo, peor... para todos.