No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas. (Séneca)

jueves, 15 de abril de 2010

¿ ?

(Fotog. de diariodeamerica)

Por la tarde. Tirado junto a la bajante del edificio. Justo en el recodo, haciendo esquina a la Delegación de Hacienda. No parecía sucio, tan sólo estaba arrugado y encogido. Pasaba la gente a su lado sin percatarse de su presencia. Nadie miró hacia él. LLegó la noche y permanecía en el mismo lugar. Allí quedó. Al amanecer, la máquina barredera lo llevó.
Yo sigo en la ventana.

2 comentarios:

anagun dijo...

Poético has regresado !
Precioso !
Un abrazo

jotabede1 dijo...

Un abrazo Aries.