Cosas mías... (15)




De acuerdo con el título de mi blog, hoy transcribo aquí algunos de mis pensamientos y recuerdos que, con mayor o menor profundidad, han impreso una huella en mi ser. Son sucesos acaecidos en distintos parajes y vivencias habidas a lo largo de mis años que, aunque no demasiados, claro, son unos cuantos.

En poco tiempo,

el curso de la vida

se ha consumado.

Este pensamiento trae a mi memoria conversaciones intensas que mantuve con mi padre al final de su vida y me recuerda la película "Balarrasa" que vi de joven, concretamente la escena en la que el protagonista, al borde de la muerte, grita "¡Mirad mis manos!", y alguien a su lado trata de tranquilizarle diciendo que no tienen nada. Entonces él responde "¡Precisamente por eso, están vacías!" Deseo que no me ocurra algo así.

Luna plateada

en noche veraniega.

Calidez y calma.

Algunos veranos, como otros muchos adolescentes, iba a campamentos en las vacaciones en los que la convivencia con los demás, sin duda alguna, forjaba nuestro carácter y enriquecía el conocimiento, tanto de nosotros mismos como de la naturaleza. Disfruté mucho esa época y tengo gratos recuerdos de aquellos luminosos días, en los que cantábamos junto al fuego, todos en perfecta camaradería. ¿Qué habrá sido de todos ellos?

En el silencio

tañe la gran campana

del monasterio.

Ya de mayor, en los dos años que vivimos en la capital burgalesa, dada la cercanía del lugar, acudíamos a San Pedro de Cardeña, paraje bucólico e idílico, donde el aire límpido y pleno de aromas, elevaba mi espíritu como si de un globo infantil se tratara.

¿Qué tengo que hacer

para poder escribir

un haiku hermoso?

Al escribir estos versos, a modo de haikus, siento cierto sonrojo ya que, recordando lo que leo escrito por personas a las que admiro y que tienen, en mi opinión, facilidad de expresión y belleza en sus palabras, se me aparecen como meras sombras desdibujadas de lo que pretenden ser .

Para LARA

Los granitos de arena que existen en la naturaleza y que son tan pequeñitos, pero que juntos forman grandes extensiones de playas y desiertos son, en realidad, las buenas intenciones e ideas no realizadas de las personas, y que se han solidificado por la pereza y el temor a la opinión de los demás.