... un escribidor (12)

Siempre deseaba que acabara el curso escolar no sólo por no tener que hacer deberes todos los días, sino porque sabía que iba de vacaciones al pueblo de mis abuelos maternos. LLegábamos en las vísperas de San Juan y la localidad ya se encontraba en plenas fiestas patronales de las que toda la familia disfrutaba con fruición.
Un atardecer, tendría yo entonces ocho años, contemplaba junto con mis primos, desde la barandilla que se asomaba a la plaza de Requejo, el baile que había en la misma. En dicha plaza, que entonces me parecía espaciosa y hoy la encuentro pequeña y recogida, se celebraban todos los eventos festivos que fuera preciso, lo mismo había baile que una feria de ganado vacuno, un concurso de escanciadores de sidra que un festival de tonada asturiana.
Recuerdo que aquella tarde sonaban, entre otras, unas canciones que, hoy en día, siguen siendo, para mí de las más antiguas que conozco y, al mismo tiempo, me agradan.

La primera, Maruzzella, es melancólica, pero las otras dos, como se dice ahora y más para aquellos tiempos, son movidas.



Cuando escuché la siguiente canción, ignoraba que la cantaba también Sofía Loren que luego sería una de mis diosas en la adolescencia.

Por último, esta otra, por aquel entonces, y a mi modo de ver, que consideraba algo gamberra.

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Controversia sobre los crucifijos

Viñeta aparecida en el periódico local El Comercio el pasado día 12.